Con las vacaciones a la vuelta de la esquina y después de pasar semanas recluidas en casa, seguro que muchas estáis planificando una escapada para disfrutar de la naturaleza y coger fuerzas estos días. Sin embargo, el turismo y los viajes, por cortos que sean, generan más contaminación y residuos de lo que nos imaginamos. De hecho, según un estudio de la Universidad de Sídney, el turismo mundial se ha consolidado como una de las industrias más contaminantes: representa el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, de las cuales el 12% corresponden a los viajes aéreos. De hecho, el estudio apunta que, si no cambian las políticas y los hábitos relacionados con el turismo, el impacto de esta actividad crecerá hasta el 40% en 2025. En países como las Malvinas, Mauricio, Chipre o Seychelles, el turismo internacional representa ya entre el 30 y el 80% de las emisiones nacionales.
Por eso, ahora más que nunca, es importante concienciarnos y hacer turismo de manera responsable. Así pues, tenemos que tener en cuenta las acciones que podemos realizar antes y durante el viaje para contribuir a desarrollar una sociedad más sostenible y, sobre todo, reflexionar sobre nuestros hábitos de viaje y de consumo para poder mejorarlos. Si tenéis dudas, sólo tenéis que consultar este artículo sobre las consecuencias del turismo masivo en nuestro planeta.

El desplazamiento
¿Cómo os desplazaréis a vuestro destino? Evidentemente, viajar en transporte público es menos contaminante que hacerlo en un vehículo propio pero, en caso de que optéis por esta opción, ¿cuántos coches utilizaréis? ¿Preferís comodidad o sostenibilidad? Si sois tres personas, por ejemplo, ¿os habéis planteado utilizar un sólo vehículo, aunque viajéis desde poblaciones diferentes?
No malgastéis papel
Tenemos que reducir el uso de materiales impresos siempre que podamos. Por ejemplo, mejor si, en vez de imprimir los billetes de tren, los llevamos en el móvil. Aplicaciones como PassWallet permiten tener una cartera virtual con todos los billetes clasificados. Esta opción es cómoda y práctica y, además, ecológica.
Reducid el uso de plásticos
Si queremos llevar una botella de agua, podemos cambiar los envases de usar y tirar por otros más duraderos, de acero o vidrio. Así, en vez de comprar una botella cada vez que nos quedemos sin agua, podemos llenarla en las fuentes públicas. Por otro lado, si queremos llevar nuestra comida ya preparada o hacer bocadillos para comer por el camino, también podemos optar por utilizar fiambreras, una opción mucho más ecológica que el papel de aluminio.
De la misma manera, podemos llevar bolsas de tela para guardar la ropa sucia en la maleta, en vez de utilizar las de plástico de usar y tirar. Incluso podemos llevarnos algunas bolsas extra para utilizar-las como complemento a nuestra maleta. Si, además, optamos por un totebag de comerçio justo, mejor que mejor.
Hay que tener en cuenta que cada año se vierten al mar unos 8 millones de toneladas métricas de residuos plásticos, aunque algunos estudios elevan la cifra a 15 millones de toneladas anuales. Eso significa que cada minuto se vierte al océano un camión entero de residuos plásticos. Según el Programa Medioambiental de las Naciones Unidas, sólo un 3% de todo este plástico es visible en la superficie de los océanos, porque la mayor parte se va a contaminar las aguas profundas.

Un neceser responsable
Tanto cuando vamos de viaje como cuando estamos en casa, los artículos de baño generan un montón de residuos difícilmente reciclables. Imaginad la cantidad de plástico que lanzamos a la basura si sumamos botellas vacías, cepillos de dientes, bastoncillos para los oídos, discos desmaquillantes… Pensad que, si en España cada persona utiliza un cepillo de dientes al año, se generan 45 millones de residuos plásticos.
Pero, si prestamos atención a los materiales de los productos de higiene que utilizamos, podemos contribuir a reducirlos. Por ejemplo, podemos utilizar cepillos de dientes con mango de bambú —un material biodegradable y antibacteriano—, champú y gel de baño sólidos o a granel —y que, per lo tanto, no necesitan envases desechables— o desodorantes sólidos, como los de piedra de alumbre.
Mascarillas reutilizables
Otro consejo que podemos aplicar no sólo cuando viajamos, sino también en nuestro día a día. La llegada de la pandemia de COVID-19 nos ha familiarizado con el uso de mascarillas para prevenir los contagios. Sin embargo, las mascarillas de usar y triar generan diariamente una cantidad enorme de residuos que, además, es difícil tratar. Por eso, es conveniente optar por mascarillas higiénicas de tela reutilizables, mucho más ecológicas. Algunos modelos de mascarilla incluso están fabricados con un tejido interior de algodón orgánico, un material transpirable, impermeable y suave con la piel.
Durante el viaje
Aparte de tomar estas medidas eco-friendly antes de empezar nuestro viaje, también podemos llevar a cabo acciones que ayuden a reducir el impacto de nuestra vida. Pensad que el turismo puede mejorar las economías locales y ayudar a crear lugares de trabajo, pero también genera emisiones y residuos, amenaza playas… Por eso, es importante tener cuidad para no perjudicar los parajes que visitamos.
¿Cómo? Con acciones sencillas como las que realizamos diariamente en casa y que nos ayudan a conservar nuestro entorno. Por ejemplo, podemos evitar alquilar coches en nuestro destino. Mejor si nos desplazamos en transporte público, en bicicleta o a pie. De esta manera, además, nos empaparemos del ambiente del lugar que visitamos de manera limpia y ágil.
Por otro lado, a la hora de buscar alojamiento, podemos priorizar los hoteles o casas rurales con políticas ecológicas, aquellas que apuesten por productos hechos con materiales reciclados o ecológicos, que utilicen energías limpias, etc. En todo caso, siempre podemos realizar acciones de este tipo nosotras mismas: separar los residuos que generamos, no pedir que laven las toallas hasta que no estén sucias, vigilar la cantidad de agua que utilizamos al ducharnos, apagar el aire acondicionado cuando no lo necesitamos y mantenerlo a una temperatura moderada…
Cuantas más de estas medidas añadamos a nuestra eco-lista, más cerca estaremos de conseguir un turismo verdaderamente sostenible y respetuoso con el medio ambiente. ¿Os apuntáis al reto?
