El viaje de un hilo de algodón orgánico
Sostenibilidad y responsabilidad social
Un hilo de algodón tiene una historia mucho más compleja de lo que parece, centenares de personas forman parte de él y su impacto en el planeta es decisivo. Escoger algodón orgánico es la mejor manera de asegurarnos de que nuestra ropa forme parte de un ciclo sostenible y socialmente ético, pero no es el único factor.
Algodón orgánico en el campo
Todo empieza en la tierra, en los campos de cultivo, donde se planta la semilla de lo que puede ser una historia de respeto por el medio o una historia de agotamiento de recursos. El cultivo de algodón orgánico es aquel que se desprende de todo químico nocivo por el entorno y las personas. No utiliza pesticidas, que contaminan la tierra haciéndola más ácida, se filtran en el agua subterránea y contaminan los acuíferos, flotan en el aire e intoxican a todo ser que lo respire. Los trabajadores de la tierra no ponen en riesgo su salud, y las poblaciones próximas no se ven afectadas por cultivo.
Además, los derechos de las personas trabajadoras están siempre garantizados. Por ejemplo, se certifica su libertad salarial, se crean turnos horarios dignos y se lucha contra la explotación infantil.
El algodón orgánico no sólo es una garantía para nuestro entorno, sino que dignifica la labor de los trabajadores y tiene un impacto positivo en toda la sociedad.
De la flor al tejido
El algodón orgánico se transforma en tejido y se confecciona según los mismos valores con los que se ha cultivado: el mínimo impacto en el medio ambiente y el impacto más positivo en el entorno social y laboral. Las fábricas de hilados y confección cumplen con los requisitos del sello Fair Wear Foundation, que garantizan una serie de derechos a las personas trabajadoras: Derecho a la libertad sindical y a la negociación colectiva, abolición del trabajo forzoso y de la explotación infantil, igualdad de remuneración, o medidas contra la discriminación.
La protección del medio ambiente es imprescindible, pero también lo es asegurar una vida digna a las personas vinculadas al mundo textil. Durante décadas, la industria de la moda ha sido absolutamente agresiva contra las personas, y es el momento de reparar los daños causados y garantizar que no se devolverá a la explotación.
El tejido en Baobag
No tendría ningún sentido apostar por el algodón orgánico y no trabajar de acuerdo con lo que representa. En el taller Baobag, desde siempre, hemos estampado utilizando tintas ecológicas, libres de PVC y derivados. Estas tintas tienen la misma calidad que las tintas con componentes de plásticos son igualmente resistentes; tienen todos los elementos positivos y ninguno de los negativos. El proceso de estampación es artesanal de principio a fin, lo que nos permite reducir significativamente el consumo energético y el uso de maquinaria pesada. Nunca hemos implementado procesos en cadena, máquinas eléctricas que estampan en masa los diseños. En Baobag cada pieza se realiza por un profesional de la serigrafía, que certifica la calidad de la estampación.
Algunos datos, antes de continuar:
El uso masivo de pesticidas provoca 200.000 muertes al año
El algodón ocupa el 2% de la tierra conrable, y sólo el 0,9% del total es orgánico
El textil es la industria responsable del 20% de la polución mundial de mares y ríos
Cada año, en España, se tiran 800.000 de toneladas de ropa, entre 12 y 14 kg por persona.
Menos del 1% de material textil es reciclado
Se necesitan 2,700 litros de agua para hacer una sola camiseta de algodón convencional, y 247 litros con algodón orgánico.
¿Es sostenible todo lo que lleve el sello de algodón orgánico?
Es en este momento de la cadena productiva donde está la máxima complejidad.
Los grandes productores de moda y textil compran el algodón orgánico y lo tejen en sus propias instalaciones. En la pieza final incluirán el sello de algodón orgánico, pero no ha habido ningún control de las condiciones de los trabajadores una vez la materia prima ha llegado a la fábrica, ni siquiera del tratamiento que ha recibido el algodón.
Todas hemos visto moda de grandes corporaciones que apuestan por una línea de ropa sostenible. Es importante que, como consumidores, nos preguntemos si realmente estamos comprando los valores que nos venden. ¿Es sostenible una prenda si no cuenta con la seguridad de que ninguna persona ha sido explotada en el proceso productivo?
De hecho, una pieza de algodón orgánico puede ser igualmente contaminante si no se produce según estándares de sostenibilidad.
Explicábamos que, anualmente en España, 800.000 toneladas de ropa acaban en los vertederos. Esta puede provenir del mismo consumidor, que ya no utiliza una prenda y decide tirarla. Pero la principal responsabilidad es de las empresas. Algunas grandes marcas de ropa lanzan ropa en perfecto estado, porque pertenecen a temporadas anteriores y consideran que ya no están de moda, o porque no se consiguió el resultado final que se esperaba.